Frecuentemente me preguntan que cuántos años tengo...
¡Qué importa eso!.
Tengo la edad que quiero y siento.
La edad en que puedo gritar sin miedo lo que pienso.
Hacer lo que deseo, sin miedo al fracaso, o lo desconocido.
Tengo la experiencia de los años vividos y la fuerza de la convicción de mis deseos.
¡Qué importa cuántos años tengo!.
No quiero pensar en ello.
Unos dicen que ya soy viejo y otros que estoy en el apogeo.
Pero no es la edad que tengo, ni lo que la gente dice, sino lo que mi corazón siente y mi cerebro dicte.
Tengo los años necesarios para gritar lo que pienso, para hacer lo que quiero, para reconocer yerros viejos, rectificar caminos y atesorar éxitos.
Ahora no tienen por qué decir: Eres muy joven, no lo lograrás.
Tengo la edad en que las cosas se miran con más calma, pero con el interés de seguir creciendo.
Tengo los años en que los sueños se empiezan a acariciar con los dedos, y las ilusiones se convierten en esperanza.
Tengo los años en que el amor, a veces es una loca llamarada, ansiosa de consumirse en el fuego de una pasión deseada.
Y otras en un remanso de paz, como el atardecer en la playa.
¿Qué cuántos años tengo? No necesito con un número marcar, pues mis anhelos alcanzados, mis triunfos obtenidos, las lágrimas que por el camino derramé al ver mis ilusiones rotas... valen mucho más que eso.
¡Qué importa si cumplo veinte, cuarenta, o sesenta!.
Lo que importa es la edad que siento.
Tengo los años que necesito para vivir libre y sin miedos.
Para seguir sin temor por el sendero, pues llevo conmigo la experiencia adquirida y la fuerza de mis anhelos.
¿Qué cuantos años tengo? ¡Eso a quién le importa!.
Tengo los años necesarios para perder el miedo y hacer lo que quiero y siento!
José Saramago
3 comentarios:
Reflexión por reflexión, la edad es la que llevamos puesta, la edad tiene que ser el logro de un triunfo, nunca una derrota. Envejecer vamos a envejecer todos y, es conveniente no evitarlo. Lo realmente necesario es no convertirse viejo —mentalmente— antes de tiempo.
La vida es proyecto y sólo se termina con la muerte. LBF
Josefina:
Muy bueno el texto que elegiste referente a los años, en ocasión de tu cumpleaños. Lo leo ya tardío pero vale.
La vida no es transcurrir sino comprometerse, vivir con garra intentando asumir lo feo que nos toque.
Esta, la de Ecos Sublimes, es una buena manera... adentrarse en el arte en cualquiera y/o en todas sus expresiones.
Un abrazo
Nora de San Luis
Nora y Lluís,
Gracias por visitar Ecos Sublimes, cada una de vuestras reflexiones son una manera de comprometerse y de ayudar a proyectar la vida.
Un abrazo.
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